Esa noche, soñé con la canción. Nunca me había pasado esto con ninguna canción, así que supuse que era una señal. Soñé que estaba en una calle, perdido sin saber adónde ir. De repente suena un ritmo y una voz que cada vez se hace más fuerte a medida que me acerco, y de pronto aparece de la nada un gran escenario y aparece ella, Beyoncé Knowles, cantando la canción y moviéndose rítmicamente, sin parar. Sin embargo, sólo veía partículas de polvo que daban contorno a su figura, sin saber cómo era su pelo o el color de sus ojos. Al terminar la canción, el escenario desaparece y me despierto y recuerdo lo vivido, intentando que cuando me vuelva a dormir, sueñe otra vez con ese momento, sin embargo no ocurrió.
La tarde del día siguiente, estaba jugando a la videoconsola en el comedor, cuando empiezo a oír otra vez esa canción y esa voz en la habitación de al lado. Me levanto del sofá corriendo y voy a la habitación contigua. Ojalá pudiera verme la cara que se me quedó cuando entré en la habitación y vi la tele. Allí la ví, pero sin partículas de polvo como la había visto en mi sueño. Era real. Su melena al viento, caminando por una calle, la cual se parecía mucho a la de mi sueño, (que casualidad más casual), su piel oscurecida, vistiendo unos shorts ajustados, una camiseta blanca y unos taconazos rojos, para después aparecer delante de un ventilador con un vestido muy corto naranja por un lado y rosa por el otro, moviéndose extremadamente sexy y genial. Cuando terminó la noticia, me fui otra vez a la videoconsola, sin embargo ya no estaba concentrado en el juego, sino que estaba concentrado en lo que habían visto mis ojos, que jamás se me borraría de ellos.
Continuará...