La tarde del día siguiente, estaba jugando a la videoconsola en el comedor, cuando empiezo a oír otra vez esa canción y esa voz en la habitación de al lado. Me levanto del sofá corriendo y voy a la habitación contigua. Ojalá pudiera verme la cara que se me quedó cuando entré en la habitación y vi la tele. Allí la ví, pero sin partículas de polvo como la había visto en mi sueño. Era real. Su melena al viento, caminando por una calle, la cual se parecía mucho a la de mi sueño, (que casualidad más casual), su piel oscurecida, vistiendo unos shorts ajustados, una camiseta blanca y unos taconazos rojos, para después aparecer delante de un ventilador con un vestido muy corto naranja por un lado y rosa por el otro, moviéndose extremadamente sexy y genial. Cuando terminó la noticia, me fui otra vez a la videoconsola, sin embargo ya no estaba concentrado en el juego, sino que estaba concentrado en lo que habían visto mis ojos, que jamás se me borraría de ellos.
Continuará...
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